Ser mujer y empresaria sigue siendo una realidad difícil de conseguir. Por ello, hoy quiero darte unas cuantas normas que te ayudarán a impulsar tu carrera.
Recientemente he escrito una serie de reflexiones sobre los resultados del IV Informe de las mujeres en los Consejos del Ibex-35. Puedes estar más o menos de acuerdo con ellas, pero es un hecho innegable que las mujeres siguen teniendo un papel menor dentro de los consejos de administración.
Este “machismo” de las empresas muchas veces tiene un aliado sorprendente: las propias mujeres. No me entendáis mal, no es que las mujeres no quieran ascender y ocupar esos puestos de responsabilidad, es que sus propios miedos, dudas e inseguridades se lo impiden.
Hoy quiero daros unos cuantos consejos que a mí misma me hubiese gustado recibir años atrás, para que ascendáis en vuestra carrera profesional, dejando atrás todos esos miedos que os hacen dudar de vosotras mismas.
1. Nunca estarás 100% preparada para algo: esto es algo muy común. Cuando te ofrecen un puesto de responsabilidad que nunca antes habías ocupado, empiezas a pensar que no estás preparada para él. Sin embargo, ¿quién lo está? Te lo voy a resumir con dos clásicos refranes: nadie ha nacido aprendiendo y siempre hay una primera vez para todo. Rechazar un puesto importante porque crees que no estás preparada para él es un grave error que no puedes cometer.
2. Olvida las circunstancias y céntrate en tu valía profesional: si quieres ascender en tu carrera profesional, en lo único que debes centrarte es en tu propio talento. ¡Olvídate del resto de cuestiones! Muchas mujeres piensan que no lo conseguirán por ser mujeres, mientras que otras creen que no lo conseguirán si tienen hijos o porque ya son muy mayores. Esas circunstancias siempre van a estar ahí, pero si trabajas duro estoy segura de que conseguirás minimizarlas y hasta eliminarlas. Tal y como dice Sheryl Sandberg en su libro Vayamos adelante (Lean In) o en la charla que puedes ver aquí, “don’t leave before you leave”. No frenes tu carrera profesional pensando en que dentro de unos años vas a tener hijos, a casarte o querrás tomar un año sabático para viajar: estamos hablando del “ahora”, y es “ahora” cuando tienes que centrarte en progresar.
3. Nadie consigue el éxito sin fallos: el temor a hacer algo mal es uno de los miedos que más nos paraliza. Igual esto te sorprende, pero si te equivocas, ¿qué pasa? La consecución del éxito al primer intento es algo que queda reservado únicamente a unos pocos genios. El resto de humanos debemos intentar con mucho empeño todos nuestros proyectos para conseguirlos. En realidad, el éxito es el resultado del aprendizaje que nos da vivir un cúmulo de fracasos. En culturas como la norteamericana se valora muy positivamente una cierta dosis de fracaso, por lo que conlleva de aprendizaje interno, así que aprende a abrazar tus errores y a considerarlos herramientas de éxito.
4. No ignores el poder de tu instinto: cuántas veces no habremos ignorado a nuestro instinto por creer que iba en contra de la razón, ¿verdad? Y lo cierto es que la gran mayoría de veces nuestro instinto ha demostrado ser más razonable que, valga la redundancia, nuestra razón. Los líderes, tanto hombres como mujeres, que creen en sus instintos y los siguen, terminan siendo los más exitosos. Son nuestros sueños los que nos mueven, mucho más que las cosas razonables y objetivas.
5. Piensa en grande: ¡fundamental! Si tienes una meta en tu cabeza, que sea alta, muy alta. Conformarse con ascender un puesto o simplemente mejorar tus condiciones salariales, no es la mejor opción. Si piensas en grande, conseguirás grandes cosas. Si piensas en pequeño… No: prohibido pensar así.
6. Arriésgate: es necesario volver a recurrir al refranero español, pues quien no arriesga, no gana. Lo sé, seguro que estás pensando que eso es más fácil de decir que de hacer. Y es verdad. Sin embargo, esconderse en la seguridad que nos da la rutina es un grave error. De esta forma, no conseguirás ascender profesionalmente, pero tampoco estarás completamente satisfecha con tu vida. Aunque te dé miedo asumir riesgos, piensa que es mucho mejor pensar que lo intentaste y, quizá, no lo conseguiste, que pensar qué pudo haber pasado de haberlo intentado.
A lo largo de tu trayectoria profesional encontrarás unos cuantos obstáculos. Algunos de ellos tendrán forma de persona y otros tendrán que ver simplemente con las circunstancias del momento. El problema es que si a estas dificultades, que son casi imposibles de evitar, tú misma le añades trabas y más obstáculos, nunca conseguirás una carrera exitosa. Por eso, ha llegado el momento de olvidar los miedos y dudas. Porque si estás segura de que puedes, lo conseguirás.
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