¿Alguna vez has pensado que no te mereces lo que tienes? ¿Crees que tus éxitos son fruto de la suerte y no de tus actos? Vivir con el sentimiento de que eres un “fraude” y de que antes o después van a descubrirte, tiene nombre: se llama “síndrome del impostor”. Quizás haya llegado el momento de que seas tú y no solamente otros, la que valores tus logros.
Es muy habitual, especialmente entre las mujeres, experimentar un sentimiento conocido como “síndrome del impostor”. Su nombre alude a que las personas que lo padecen se sienten impostoras, como si de alguna manera, todo lo que han logrado se debiera a factores externos y no a sus capacidades y aptitudes. Una buena carrera profesional, logros académicos, reconocimiento, éxito… “el impostor” siente que nada de lo que tiene se debe a méritos propios, lo cual le lleva a vivir de forma constante con el miedo de poder ser descubierto, de que los demás piensen que es un gran fraude.
Lo curioso es que gran parte de las personas que sufren el síndrome del impostor son personas que a su vez se caracterizan por una trayectoria envidiable, bien sea por tener un gran éxito en lo profesional o en lo personal. Padecen el síndrome del impostor aquellos que piensan que han aprobado un examen porque “me ha salido lo que me sabía” y no porque habían estudiado o sencillamente tienen talento para la materia en cuestión. Padecen el síndrome del impostor los que creen que han sido ascendidos en el trabajo porque “he tenido suerte”; padecen el síndrome del impostor los que creen valer menos de lo realmente valen.
El término “síndrome del impostor” fue acuñado en la década de los 70 por dos terapeutas de la Universidad Estatal de Georgia, que lo utilizaron para describir cómo se sentía de un grupo de mujeres que, a pesar de haber logrado el éxito laboral, llevaban en secreto que no se sentían capaces ni a la altura de lo que los demás esperaban de ellas.
¿Por qué? Quizás porque las mujeres hemos sido educadas para compararnos siempre entre nosotras e infravalorarnos, pero esto último no deja de ser mi opinión personal.
¿De dónde viene la creencia de ser un impostor?
Desde luego, cada caso debe ser tratado de forma particular, pero según expertos en la materia existen dos tipologías, ambas vinculadas al desarrollo de la persona desde su infancia, bien sea por su experiencia en el colegio o por los roles que han desempeñado en la familia:
- “El impostor halagado”
Responde a ese tipo de persona que en su infancia siempre fue considerada lista, o guapa, o fuerte… A la que todos tenían en alta estima. Creció pensando que tenía que estar a la altura de lo que los demás pensaban de ella, sin tener muy claro si en realidad era merecedora del halago.
- “El impostor minusvalorado”
En contraposición al anterior, este impostor ha sido infravalorado durante su infancia, nadie pensaba que fuera capaz de aprobar el examen, entender tal concepto, hacer un buen trabajo… este tipo de opiniones han calado en él hasta el punto de interiorizarlas y creerlas. Es decir, este impostor realmente cree que no vale porque le han hecho pensar que es así y cuando consigue algo no es capaz de ver que haya sido por méritos propios.
Lo cierto, es que todos los “impostores” tienen algo en común: se exigen a sí mismos mucho más de lo que lo hace la media de la gente.
¿Cómo superar el síndrome del impostor?
Si has llegado hasta aquí, quizás te interese saber que superar el síndrome del impostor no es fácil, pero tampoco es imposible.
Estos son algunos de los consejos:
- Acepta los cumplidos que te hagan y, sobre todo, creételos.
- Pierde el miedo a equivocarte o fracasar. Siempre se aprende más de los fracasos que de los éxitos.
- Reconoce que tus éxitos son fruto de tu trabajo. Nada llega por casualidad, si has conseguido algo, seguramente sea porque lo merecías.
- Aprende a valorarte de forma objetiva, si alguna vez has sido juzgado, quizás haya sido injustamente.
- No te compares con los demás.
Y si a pesar de todo no lo consigues superar el síndrome de un día para otro, no desfallezcas, porque como explica la cita:
“ El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes, llenos de dudas ”
(Bertrand Russell)
Si te ha parecido interesante el artículo y deseas contactar conmigo, mándame un mail a pilar@aireservicios.com o puedes llamarme al 91 563 52 52
Pilar Benítez, mujer todoterreno
Traductora jurada y amante del poder de la palabra
Temas: