Mujeres gurús en Silicon Valley: ¿eso existe?

A lo largo de la historia del desarrollo tecnológico nunca hemos dejado de escuchar nombres como Steve Jobs, Bill Gates o Mark Zuckerberg, todos de hombres. ¿Ha habido y hay mujeres referentes en Silicon Valley? ¿Es la tecnología un campo reservado solo al género masculino?

Hace unas semanas El Mundo publicó un relevador artículo titulado: Por qué no ha habido (aún) ninguna mujer gurú en Silicon Valley. En el texto se pone de manifiesto cómo el campo de la tecnología y especialmente el rol de liderazgo dentro de este ha sido siempre cosa de hombres.

La brecha digital forma parte de también de otra brecha aún mayor, la brecha de género.

Ambos conceptos se interrelacionan: ¿por qué las mujeres apenas participan en las nuevas tecnologías?

A pesar de que el tecnológico es uno de los sectores que más empleo genera, aún hoy en día el género femenino apenas ocupa un mínimo porcentaje, y esto puede deberse en gran medida a tres puntos: los estereotipos de género, la baja visibilidad femenina y la escasez de referentes.

Un pasado poco conocido: la otra historia de Silicon Valley

Cuando pensamos en el sector tecnológico es fácil que vengan a nuestra cabeza nombres como Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Microsoft), Mark Zuckerberg (Facebook), Larry Page (Google)… todos hombres. Incluso aludiendo al pasado podemos pensar en grandes referentes de la innovación como Nicola Tesla, Alan Turing o el archiconocido Stephen Hawking.

¿Dónde están las mujeres en esta lista? ¿Existen?

Lo cierto es que podríamos hacer un extenso y poco conocido listado, porque aunque sin apenas visibilidad, estas mujeres existen y han existido.

1. Ángela Ruiz:

Una española, concretamente leonesa, que inventó el concepto de “enciclopedia mecánica”. Hablamos del año 1949, un tiempo en el que Internet siquiera existía como concepto y en que esta mujer ideó lo que es hoy es considerado como el precursor del “e-book”.

2. Ada Lovelace:

La que fuera hija de la matemática Anne Byron y del poeta George Byron, es considerada la primera mujer programadora, y más allá, la primera persona que programó como tal. Elaboró el primer algoritmo que iba a ser procesado por una máquina, la calculadora de uso general de Charles Babbage.

3. Hedy Lamarr:

Esta reconocida actriz de la época de la Segunda Guerra Mundial y la postguerra, fue también una poco reconocida inventora que ideó nada más y nada menos que el espectro ensanchado por salto de frecuencia que hoy se utiliza en los GPS, en el Bluetooth y en las conexiones WiFi.

4. Margaret Hamilton:

Científica computacional, matemática e ingeniera de sistemas además de ser la directora de la División de Ingeniería de Software del Laboratorio de Instrumentación del MIT, consiguió desarrollar junto con su equipo el ‘software’ de navegación para el programa ‘Apolo’ que permitió a la NASA ir a la Luna.

5. Shirley Ann Jackson:

Fue la primera mujer afroamericana en doctorarse en el MIT. Desarrolló tecnológicamente el fax, la marcación por tonos y la fibra óptica.

La lista podría continuar, sin embargo, lo habitual es que el papel de estas mujeres en la historia sea olvidado y que se ensombrezca su papel de liderazgo dentro de la tarea que desempeñaban.

¿Cómo están las cosas hoy en día?

Los últimos estudios revelan que la brecha de género en materia de tecnología comienza a una edad temprana. A pesar de que tanto niños como niñas pueden presentar las mismas aptitudes para desarrollar competencias tecnológicas, es cierto que el género femenino se infravalora en esta materia o piensa que no es algo “propio de una mujer”.

Uno de los últimos estudios, publicado por la Universidad Camilo José Cela en noviembre, revela que sólo un 4,2% de las adolescentes españolas de 15 años piensa seguir una carrera STEM (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), frente al 12,10% de los adolescentes chicos.

Y según parece, los datos al respecto apuntan que los porcentajes de chicas matriculadas en estas carreras, no solo no han aumentado, sino que se han reducido. En España, oscila entre un 10 y 20%, dependiendo de la universidad.

Frente a este panorama, y para hacer justicia, es importante trabajar la motivación desde edades tempranas, además de visibilizar el problema y crear referentes claros.

Porque, como señala Nuria Oliver, directora de investigación en Data Science en Vodafone:

“Si le quitáramos el género a la tecnología, la situación se normalizaría, de la misma forma que nadie piensa que leer o sumar es algo de niños o niñas”

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Pilar Benítez, mujer todoterreno

Traductora jurada y amante del poder de la palabra