Son muchas las películas que muestran a importantes dirigentes cerrando acuerdos millonarios en sitios tan diversos como restaurantes, campos de golf o bares de copas. Esto, que a lo mejor puede parecer exagerado, no dista tanto de la realidad, puesto que los hombres tratan de buscar contactos comerciales y hacer negocios en cualquier parte. Sin embargo, las mujeres no solemos ser tan “espontáneas” en estos temas y necesitamos una mayor preparación, así como un espacio más propicio para tratar este tipo de asuntos. Esto, lejos de ser positivo, puede acabar ocasionando que pierdas muchas oportunidades comerciales. Por eso, hoy quiero hablarte de algo imprescindible: el networking.
Beneficios del networking para las mujeres
Hacer networking y crear una red de contactos profesionales y personales sólida es una herramienta imprescindible para que las mujeres consigamos nuestro desarrollo personal y profesional en un contexto de confianza, dejando de lado el miedo o la vergüenza, sentimientos a los que las mujeres somos muy propensas, sobre todo si, como yo, eres una gran perfeccionista.
Otro de los grandes beneficios del networking es que permite conocer más y mejor a nuestros clientes. El networking se basa en hablar pero sobre todo y ante todo, en ESCUCHAR, en no tener miedo a relacionarnos, compartir historias y estar dispuestos a dar antes de recibir. Tras un encuentro de networking, además de salir con nuevos contactos que podremos convertir en clientes, habremos conseguido gran cantidad de información sobre proyectos, ideas o sobre las necesidades que pueda tener la persona que tenemos delante, e incluso su empresa o sector.
Por último, otro de los grandes beneficios del networking es que forja sólidas relaciones de lealtad. Muchas veces orientamos nuestra actividad profesional a la consecución de grandes objetivos, pero de carácter muy inmediato. Conseguir un gran número de clientes es positivo, por supuesto, pero solo si establecemos relaciones de confianza podremos contar con ellos en un futuro. El networking potencia las relaciones profesionales, generando una lealtad entre cliente y proveedor que potencia negocios futuros y paralelos, puesto que un cliente satisfecho puede recomendarte a otros amigos. Sin duda, algo muy beneficioso.
Tips para potenciar tu manera de hacer networking
- ¿Quién eres tú? Ante todo, tienes que tener claro quién eres y a qué te dedicas, y saber transmitirlo de forma clara y, sobre todo, sencilla y breve. Elabora tu propio “discurso de ascensor” y ensaya, ensaya, ¡ensaya! hasta que seas capaz de explicar quién eres y lo que haces como máximo en 60 segundos.
- No tengas vergüenza: crear una red de contactos profesionales no es fácil, sobre todo si somos excesivamente vergonzosos o tímidos. No tengas miedo de hablar con otras personas y presentarles tu trabajo. No hace falta que esto lo hagas de forma directa, como si estuvieses en una reunión comercial, sino que puedes hablar de tu vida, de lo que haces y lo que te gusta. Relájate y disfruta de la charla.
- Da antes de recibir: “networking” es establecer una red de relaciones, pero no olvides que nuestro interlocutor también tiene ese mismo objetivo. Sé generoso y pon a su disposición tu propia red; ya verás como esa misma persona no tendrá problema en ayudarte a ti en futuras ocasiones.
- Busca puntos en común: lo más fácil a la hora de crear una relación comercial exitosa es que tu potencial cliente y tú tengáis cosas en común. Estos puntos pueden ser tan diversos como las aficiones, los hijos o los restaurantes de moda. No obstante, para poder hallar esas conexiones es importante que dejes hablar a tu interlocutor y no monopolices la conversación: solo así podrás conocerlo y buscar puntos de unión. Las mujeres tenemos una gran facilidad para entendernos entre nosotras, ya que hay temas, como la maternidad o la conciliación, que nos unen de manera espontánea y natural. En las relaciones hombre-mujer, yo siempre rompo el hielo interesándome por la persona que tengo delante. Todos, hombres y mujeres, agradecemos que nos pregunten por nosotros: nuestro trabajo, nuestros planes, nuestros intereses. Pero ¡ojo! El interés tiene que ser genuino, esa es la diferencia entre un buen y un mal networker. El buen networker escucha e interioriza de forma proactiva lo que le están diciendo. No “desconectes” de la charla, ni física ni emocionalmente.
- Tarjetas hasta en la ducha: yo hago networking las 24 horas del día, porque forma parte de mi personalidad y me sale de forma espontánea. Por eso, nunca salgo de casa sin tarjetas, y las he intercambiado en los lugares más variopintos: el parque infantil, un taxi compartido, restaurantes… ¡hasta en el vestuario del gimnasio!
- No pierdas el contacto: una relación comercial no termina en el momento en que firmas un contrato. Mantener el contacto con la persona es lo que realmente potencia el networking y genera la relación de fidelidad de la que antes te hablaba. Mantener un contacto de forma periódica no te llevará mucho tiempo y te será muy beneficioso. ¡No lo descuides!
El networking es la forma más fácil y sencilla de conseguir contactos comerciales que se convertirán en clientes. El tiempo en el que la puerta fría regía nuestras acciones hace tiempo que acabó. Crea relaciones de trabajo y poténcialas. Solo así conseguirás el éxito empresarial.
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