Mireia Belmonte, una de nuestras mejores deportistas

Las mujeres y el deporte: una historia de éxito y superación

Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro han marcado la actualidad del verano gracias a las alegrías que nos han dado todos nuestros deportistas. El medallero español se ha cerrado con diecisiete medallas de las cuales nueve han sido para nuestras mujeres, demostrando algo que ya se comprobó en Londres 2012: ¡el deporte femenino español está en un momento muy, muy dulce!

Un duro y largo camino hacia el éxito que empezó en Pekín

Menos de la mitad de los deportistas que fueron a Río de Janeiro, 143 de un total de 306 deportistas, eran mujeres. Una inferioridad meramente numérica que no se demostró en ningún momento sobre la pista, pues Mireia Belmonte consiguió la primera de las nueve medallas olímpicas, probando así que nuestras deportistas no estaban allí por casualidad. Sin embargo, estos éxitos a los que nos tienen acostumbrados las deportistas femeninas son más recientes de lo que pudieses imaginar.

Y es que hace tan solo veinte años, nuestro medallero olímpico femenino se cerraba con un total de cero medallas. Malas cifras, sí, pero habituales en el deporte  español. Pero poco a poco nuestras deportistas empezaron a conseguir más apoyos y, gracias a su duro trabajo, fueron subiendo escalones hasta lo más alto del podio.

Los resultados empezaron a notarse ya en Pekín 2008, cuando nuestras deportistas consiguieron cuatro medallas olímpicas. ¿Pocas? Puede ser, pero no era más que el primer paso hacia Londres 2012, momento en el que las olímpicas españolas consiguieron once de las diecisiete medallas que se lograron.

Haciendo historia en Río de Janeiro

El progreso de las atletas españolas durante los últimos cuatro años ha seguido en pleno ascenso y eso se ha notado en el medallero, consiguiendo medallas en disciplinas en las que nunca antes lo habíamos hecho.

Por ejemplo, Carolina Marín consiguió el oro olímpico en bádminton, acabando así con años de dominio asiático. A ella se unió la atleta Ruth Beitia, que dio el primer oro olímpico a España en salto de altura, y Lidia Valentín, que consiguió un fantástico bronce en halterofilia.

Pero los medios de comunicación no supieron estar a la altura

Entre todos estos éxitos deportivos también hay algunos aspectos negativos que no han pasado desapercibidos para nadie; algo que es realmente triste, puesto que tienen que ver con cuestiones ajenas al deporte y no con el rendimiento de las deportistas. ¿A qué me refiero? A la cobertura que los medios de comunicación han hecho de la participación femenina en los Juegos Olímpicos.

Medios de todo el mundo hacían listas con las diferentes participantes en los Juegos Olímpicos sobre temas de tanto calado como determinar cuál de ellas era la más guapa, la más sexy o la que tenía mejor cuerpo. Esto, que podría resultar anecdótico (pues también hay algunos medios que realizan las mismas listas con atletas masculinos), no lo es tanto si pasamos a analizar más profundamente la cuestión. Y así lo ha hecho la Universidad de Cambridge.

La Universidad ha realizado un estudio sobre las palabras que más utilizaban los medios para referirse tanto a atletas masculinos como femeninos. El resultado de este análisis demostró que, al hablar de un deportista masculino, los medios utilizaban términos como “rápido”, “grande”, “fantástico” o “fuerte”. Algo muy normal si se está analizando su desempeño deportivo. El problema es que esas palabras distaban mucho de las utilizadas para hablar sobre las atletas femeninas, puesto que en este caso se utilizaban términos como “edad”, “mayor”, “embarazada”, “casada” y “soltera”. Es decir, un conjunto de conceptos totalmente ajenos al deporte.

Sin duda, el deporte femenino se ha ido abriendo paso  gracias a los méritos y el duro trabajo de nuestras campeonas. El problema es que todos estos éxitos terminan quedando eclipsados si los medios de comunicación fijan el foco en temas totalmente externos al deporte. Esperemos que en los próximos Juegos Olímpicos esto no sea más que un recuerdo pasado.

Pilar Benítez, mujer todoterreno

Traductora jurada y amante del poder de la palabra