derechos de las mujeres en Kabul

Derechos de las mujeres en Kabul

¿Qué está pasando en Afganistán? 

Durante las últimas semanas los ojos del mundo entero han estado mirando hacia un lugar: Afganistán

Para entender lo que está pasando debemos remontarnos a octubre de 2001, cuando Estados Unidos comenzaba a enviar tropas a Afganistán con dos objetivos principales: 

  • matar a los responsables del atentado del 11S y
  • derrocar al régimen talibán. 

En tan solo unas semanas, EEUU ya había derribado al régimen talibán, pero sin encontrar a Bin Laden o a ninguno de los responsables del 11S. Es entonces cuando la ONU recluta a miles de soldados para “restaurar el orden”.

Desde entonces y hasta hace unas semanas en las zonas donde no estaban los soldados internacionales el control lo tenían grupos islamistas que ayudaron a los talibanes a rearmarse y organizarse. Durante estos casi 20 años los talibanes han intentado recuperar el control del país mientras que la OTAN enviaba tropas para contener esta situación.

Llegados a este punto hay que apuntar que el objetivo de la OTAN no era estar en Afganistán para siempre, sino formar y equipar a un nuevo ejército y a la policía afgana

¿Por qué los talibanes se han hecho con el poder?

En 2020 se llegó a un acuerdo con los talibanes para reducir los enfrentamientos y retirar a las tropas internacionales del país. La ONU lo hizo, pero desde mayo de 2021 los talibanes han ido invadiendo poco a poco todo el territorio.

Ni la policía ni el ejército afgano estaban preparados para defenderse, ya que a pesar de contar con un total de 300.000 miembros estos han preferido entregar las armas y retirarse antes que luchar. 

Hace tan solo unas semanas los talibanes se hicieron con el control de la capital y el presidente Ashraf Ghani huyó del país. Fue entonces cuando el pánico por la llegada de los talibanes desató el caos en el país, y especialmente en la capital: Kabul

La figura de la mujer en el régimen talibán

Con la toma del poder por parte de los talibanes el pueblo comenzó a huir por miedo a quedar bajo el control del islamismo extremista. 

En torno a 400.000 civiles han abandonado sus hogares este año, y el 80% de estas personas son mujeres y niños. Esto se debe principalmente a que las mujeres son las que se llevan la peor parte, quedando deshumanizadas y sin ningún tipo de derecho a los ojos del poder.

Para denunciar la situación y visibilizarla, la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA) publicó una lista que ofrecía un breve resumen de las vidas infernales que las mujeres afganas se ven obligadas a llevar bajo el régimen talibán.

“Las mujeres no tienen importancia a los ojos de los talibanes a menos que se ocupen de la gestación de los niños, la satisfacción de las necesidades sexuales masculinas o las tareas domésticas penosas diarias” 

Dentro de esta lista se exponían algunas de las prohibiciones que los talibanes impondrán a las mujeres afganas, levantando una gran alarma social en gran parte de nuestra sociedad:

Prohibición de trabajar fuera del hogar

Todas las profesiones quedan restringidas a los hombres, y tan solo algunas doctoras y enfermeras pueden trabajar en algunos hospitales de Kabul para atender a mujeres y niñas.
Además de esto, se prohíbe por completo la actividad de las mujeres fuera del hogar a no ser que estén acompañadas de un mahram (hombre de parentesco cercano, como padre, hermano o esposo).

Control de sus relaciones

Las mujeres tienen prohibido cerrar tratos con comerciantes masculinos, así como hablar o estrechar la mano de hombres que no sean mahram.
Por otro lado, ningún extraño debe oír la voz de una mujer, quedando prohibido que se rían a carcajadas.

Salud

Está prohibido que las mujeres sean atendidas por sanitarios varones, haciendo que la atención médica sea precaria para las mujeres, ya que al haber un número tan reducido de médicas y enfermeras son muy pocas las mujeres que pueden acceder a una atención adecuada.
Además, queda terminantemente prohibido que las mujeres practiquen deportes o ingresen a un centro o club deportivo.

Educación

La educación está vetada para las mujeres y tienen prohibido estudiar en escuelas, universidades o cualquier otra institución educativa. Además, los talibanes han convertido las escuelas de niñas en seminarios religiosos.

Aspecto físico

Todas las mujeres tienen la obligación de usar un velo largo (burka), que las cubra de la cabeza a los pies, ya que no pueden mostrar ninguna parte de su cuerpo en público.

También, se prohíbe usar zapatos de tacón, ropa de colores vistosos o brillantes o utilizar pantalones acampanados o anchos (incluso cuando estos se ocultan por debajo del burka. Todo esto en términos de los talibanes se justifica con que esos colores son “sexualmente atractivos” o con que los tacones producen sonido al caminar, y el hombre no puede escuchar los pasos de una mujer.

Por otro lado, se prohíbe el uso de cualquier tipo de cosméticos, y los sastres masculinos no pueden tomar medidas a las mujeres ni elaborar ropa femenina.

Movilidad y reunión

Queda completamente prohibido que una mujer suba a un taxi sin la compañía de su mahram. También, tienen prohibido montar en bicicleta o en motocicleta, incluso con sus mahrams

Por otro lado, está restringido que hombres y mujeres puedan viajar en el mismo autobús, existiendo una segregación en el transporte. Además, las mujeres no pueden salir a lavar la ropa en ríos o junto a lugares públicos o usar los baños públicos.
En cuanto a las reuniones, queda prohibido que las mujeres se reúnan con fines recreativos u ocasiones festivas, como los Eids.

Castigos en público

Las mujeres que no tengan los tobillos cubiertos se les castigará con azotes en público y aquellas acusadas de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio serán lapidadas públicamente.
También, los talibanes afirman que las mujeres que no vayan vestidas de acuerdo con las reglas de los talibanes o las que no estén acompañadas de un mahram serán azotadas, golpeadas e insultadas.

Invisibilización

Prohibición de la presencia de mujeres en la radio, televisión o reuniones públicas de cualquier tipo. 

Ninguna calle, plaza o avenida puede llevar la palabra “mujer” en su nombre, y las mujeres tienen prohibido asomarse a los balcones o ventanas de sus domicilios, ya que no deben ser vistas por nadie. Debido a esto, todas las ventanas deben pintarse de manera que queden opacas, con el fin de que las mujeres no se vean desde el exterior de sus casas.

Por último, queda prohibido fotografiar o filmar mujeres, además de no poder publicar imágenes de mujeres impresas en revistas o libros, o colgarse en casas o tiendas.


Estas son tan solo algunas de las medidas que los talibanes han impuesto con su llegada a la capital afgana, y que se suman a otras como la prohibición de perfumarse, de no usar adornos o de no hablar ni mirar a otros varones. También, con los talibanes se normalizaron los castigos en público o las amputaciones por robar. 

En unas declaraciones para la BBC, una joven afgana apuntaba “Tenía muchos planes para mi futuro, pero ahora no puedo ir al trabajo ni a la universidad”, agregó.

“No sé cómo será nuestro futuro. Esto me ha hecho perder la esperanza. Estoy buscando una manera de salir de Afganistán porque no hay esperanza para las mujeres”

Puede parecer surrealista, pero en pleno siglo XXI un país vuelve a estar bajo las premisas de un grupo extremista y que va totalmente en contra de los derechos humanos y de la mujer. Como dijo Freshta Karim: 

“Lo que está pasando en Afganistán es la mayor guerra en contra de las mujeres en estos tiempos. Y por desgracia, el mundo la está mirando en silencio”