Pese a que el mundo de los negocios parezca estar asociado al sexo masculino, lo cierto es que cada vez son más las mujeres que ascienden dentro de él y se buscan su propio lugar. Es cierto que este proceso es lento y muy dificultoso, pero las mujeres que lo consiguen lo hacen por sus propios medios al demostrar que tienen cualidades igual de buenas o mejores que las de los hombres. Hoy quiero hablar de una de esas cualidades que en mi opinión, hacen que las mujeres sean una gran baza para las empresas: el poder de negociación. Las mujeres pueden negociar mejor que un hombre. ¿Sabes por qué?
5 razones por las que las mujeres negocian mejor que un hombre
- Escuchan más y mejor: los hombres suelen ser mucho más impulsivos que las mujeres y antes de escuchar, empiezan a hablar. A la hora de negociar esto supone un problema porque si quieres convencer a un potencial cliente de que tú eres la opción perfecta para su negocio, primero debes escucharle y conocer cuál es su situación para así, poder construir tu discurso y argumentación. Las mujeres antes de hablar escuchan, de forma que cuando por fin hablan, saben exactamente qué decir.
- Hablan de la empresa, no de sí mismas: un hombre es exitoso en su ámbito de acción, suele llevar preparadas en su presentación varias medallitas. Es decir, a la hora de presentar sus servicios o su candidatura a un puesto hablan de todo lo que han conseguido para otras empresas, tratando de demostrar que son ellos la mejor opción. Sin embargo, una mujer sabe que a la hora de vender, tienes que enfocar tu argumentación hacia la empresa, no poner el foco en ti mismo. De esta forma, la empresa entiende que eres flexible y te adaptas a sus necesidades y no al revés.
- Victorias conjuntas: este punto está relacionado con el anterior, puesto que las mujeres son negociadoras mucho más generosas y con un mayor espíritu de equipo que los hombres. Esto hace que a la hora de negociar se vea a sí misma como una parte más de la empresa, de forma que si ella consigue hacer un buen trabajo, no servirá para colocarse medallas, sino para que la empresa se beneficie de ello. Esta forma de ver los negocios es mucho más positiva porque deja que tus logros hablen por ti. Un buen trabajo repercutirá directamente en ti, pues la empresa volverá a contar contigo y te recomendará a otras organizaciones.
- Son más pacientes: cerrar una venta puede ser realmente largo y tedioso. Primero debes conseguir la primera reunión y tras la negociación, siempre habrán cabos sueltos que atar o alguna que otra renegociación. En este sentido, las mujeres suelen mucho más pacientes y enfocan todas sus acciones hacia el futuro. Saben que para llegar a esa negociación ya han tenido que superar una gran cantidad de obstáculos y que esperar un éxito inmediato, es algo imposible.
- Son negociadoras inesperadas: lo cierto es que en una negociación, son muchas las personas que esperan encontrar enfrente a un hombre. Esto lleva a que en ocasiones no se tomen muy en serio las negociaciones ni a la persona que tienen en frente. Esto hace que tengan la “guardia baja” y que la mujer no tenga nada que perder, pues el escenario al que se enfrenta no es muy positivo. Esto permite que la charla sea más fluida y que con sus argumentos no solo puedan llegar a convencer, sino también a sorprender, logrando una buena impresión en el cliente. (¡Muahahahahaha!)
Puede que en muchas empresas hayan puesto trabas a la hora de que las mujeres asciendan dentro de sus organizaciones. Pero lo cierto es que poco a poco todas estas mujeres están labrándose su camino por méritos propios. Y las dotes de negociación son un claro ejemplo de ello.
Pilar Benítez, mujer todoterreno
Traductora jurada y amante del poder de la palabra
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