Antonio Garamendi Lecanda nació en Gexto (Vizcaya). Licenciado en Derecho, Garamendi cuenta con una dilatada experiencia: ha sido Presidente de la Organización de Jóvenes Empresarios Vascos y ha pasado por los consejos de empresas de Euskadi tan significativas como Babcock & Wilcox, Tubos Reunidos o Bankoa Seguros, así como por Red Eléctrica (REE), entre muchos otros. Es Presidente de Cepyme desde el año 2014 y de Confemetal.
En estos años de crisis económica, el autoempleo y el emprendimiento han sido una salida para muchas personas desempleadas ¿Se ha notado el aumento en la creación de pequeñas empresas? ¿Qué papel han jugado estos emprendedores en la mejoría económica?
En efecto, en los últimos años se ha apreciado un auge del emprendimiento como salida profesional, en muchos casos obligada ante la falta de oportunidades en el mercado laboral y el fuerte aumento del desempleo. La creación de empresas siempre es una buena noticia, ya que son el germen de la generación de riqueza y nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, tras este auge del emprendimiento no siempre se encuentran proyectos suficientemente sólidos, lo que lleva a que la tasa de mortandad empresarial en los primeros años de vida sea también elevada. Por eso creemos que es importante incentivar el espíritu emprendedor y las vocaciones empresariales desde las primeras etapas educativas y crear un clima que favorezca el surgimiento y desarrollo de nuevas empresas, que son, en definitiva, las mejor medicina para combatir el grave problema de desempleo que tiene nuestro país.
Este momento de incertidumbre política ¿se traduce en incertidumbre empresarial? ¿Cuáles son los temores más habituales de los dirigentes de pequeñas empresas? ¿Cree que se está frenando la creación de nuevas empresas?
La incertidumbre política en la que llevamos inmersos desde hace más de seis meses no favorece, sino más bien todo lo contrario, a la recuperación económica y del empleo y a la actividad empresarial. Los empresarios necesitamos estabilidad y certidumbre para poder llevar adelante nuestros proyectos y tomar decisiones que afectan a nuevas inversiones y al empleo. Por eso pedimos que se conforme cuanto antes un Gobierno estable, capaz de llevar a cabo las medidas necesarias para garantizar la recuperación de nuestra economía y restablecer la confianza que necesitan las empresas para invertir y crear empleo, y los particulares para hacer planes de consumo e inversión.
Como partidario de un mayor aparejamiento con respecto a Europa en política fiscal para las empresas ¿qué ventajas cree que reportaría esta europeización a nuestra economía? ¿Cree que nuestra clase política (independientemente del partido) está preparada para modificar la legislación? ¿Y los empresarios para acatarla?
Desde CEPYME reclamamos una política fiscal que tenga más en cuenta las necesidades específicas de las pequeñas y medianas empresas y más alineada con la que se aplica entre los países de nuestro entorno, de manera que nuestras empresas no vean penalizada su capacidad competitiva. En concreto, solicitamos una reducción del Impuesto sobre Sociedades, que actualmente resulta excesivamente gravoso y penaliza a las actividades de menor dimensión. Asimismo, es necesario reducir las cotizaciones sociales que soportan mayoritariamente las empresas de menor dimensión y que representan una carga sobre la creación de empleo.
España ¿es un país en el que es fácil o difícil emprender? ¿Qué obstáculos podemos encontrarnos cuando queremos montar un negocio? El sistema de autonomías ¿favorece o perjudica el desarrollo empresarial? ¿En qué CCAA es más fácil emprender? ¿Y más difícil?
España figura en el puesto 33 en el ranking de facilidad para hacer negocios que elabora el informe Doing Business, por detrás de muchos de nuestros socios europeos, como Suecia, Finlandia, Reino Unido, Alemania o Portugal, entre otros; pero también por detrás de países como Singapur, Estados Unidos o Canadá, por poner solo algunos ejemplos. La excesiva regulación normativa y los trámites burocráticos entorpecen excesivamente la creación y desarrollo de las empresas en nuestro país. Por ello, reclamamos una mayor simplificación administrativa, ámbito en el que se ha avanzado en los últimos años, gracias a los acuerdos entre CEOE, CEPYME y el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, pero donde todavía queda trabajo por hacer.
Además, consideramos prioritaria la efectiva aplicación del principio “Pensar primero a pequeña escala”, es decir, que la legislación tenga en cuenta las características de las pymes y los efectos sobre su actividad, eliminando aquellos obstáculos normativos que puedan perjudicar su actividad.
Asimismo, es necesario adaptar el marco legislativo a los principios de la Ley de Garantía de Unidad de Mercado, para lo que es preciso avanzar en un plan de racionalización administrativa, que homogenice las normativas aplicables en las distintas Comunidades Autónomas y elimine los actuales obstáculos derivados de las peculiaridades normativas de cada una de ellas.
Las empresas españolas en el mundo ¿están bien valoradas? ¿Qué imagen tienen de nosotros en el resto del mundo?
Las empresas españolas han llevado a cabo en los últimos años un enorme esfuerzo de internacionalización, que ha sido especialmente intenso entre las PYMES y que ha permitido mejorar nuestra presencia y resultados en los mercados exteriores. Hemos abierto así un camino en el que debemos seguir avanzando en los próximos años, porque la internacionalización es hoy un aspecto clave en la competitividad empresarial.
En cualquier caso, sí quiero destacar que la imagen de España en el mundo es mejor de lo que pensamos y de lo que los propios españoles pensamos de nosotros mismos, lo cual no implica que debamos sentirnos plenamente satisfechos, pero si reconocer una realidad y seguir trabajando para mejorar esta imagen y la valoración que de nuestras empresas y nuestros productos hacen fuera de nuestras fronteras.
Pilar Benítez, mujer todoterreno
Traductora jurada y amante del poder de la palabra
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