La importancia de la mujer en Juego de Tronos

Si alguien piensa que en Juego de Tronos los personajes femeninos son secundarios, meros peones en manos de los hombres, está muy equivocado. Puede que en los inicios de la serie estos personajes fueran extremadamente sexualizados, pero la historia ha cambiado, y mucho. Ahora las mujeres dominan el Juego y hoy voy a analizar su papel dentro de esta fantástica serie.

1. Daenerys Targaryen: el personaje de Khaleesi (junto a sus famosos dragones) es un claro estandarte de la serie. Si tuviese que definir con una sola palabra al personaje interpretado por Emilia Clarke, sería “fuerza”. Khaleesi ha demostrado en muchas ocasiones que no cree en los convencionalismos ni en un mundo dominado por hombres. Su evolución dentro de la serie es realmente preciosa. En la primera temporada vemos una Daenerys joven, insegura, vendida por su hermano a un Khal (un rey guerrero) para forjar una alianza. Es una moneda de cambio, un juguete para satisfacer deseos sexuales y engendrar herederos. Pero gracias a su inteligencia y fuerza interior consigue convertirse en la mejor consejera de su esposo, en su igual en una sociedad en la que las mujeres desempeñan un claro papel secundario.

Daenerys es mi personaje favorito de la saga, porque tiene grandes ambiciones y lucha por conseguirlas, pero a pesar de que tiene sus objetivos muy claros, es uno de los personajes menos traicioneros de Juego de Tronos, demostrando que el “todo vale” no va con ella. Es una líder nata, que sabe rodearse de los mejores y más fieles consejeros, una reina justa que reconoce sus errores. Otro aspecto suyo que me encanta es que  va siempre acompañada de Missandei, su fiel traductora y la que tiene la llave del entendimiento con otros líderes. Ella misma se da cuenta de la importancia del idioma para llegar a la esencia de su Khal, y desde el primer momento vemos cómo se esfuerza en aprender su lengua, como puerta de entrada a su corazón. Verla montada sobre uno de sus dragones mientras dirige a su ejército de dothrakis, es una de las escenas más potentes de la serie.

2. Sansa Stark: este es otro de los personajes que más ha evolucionado desde los inicios de la serie. Sansa empezó jugando un papel secundario como dulce damisela que espera, respetando todos los convencionalismos, a que llegue un Príncipe Azul que luche por ella. Quiere ser abnegada esposa, mamá y sombra de su Señor, sin aspirar a nada más que a gestar a sus vástagos mientras borda bonitas labores Sin embargo, cuando la vida le muestra su lado más amargo, saca toda su fuerza interna, dejando de lado su dulzura y demostrando que ella también puede ser una gran estratega.

3. Cersei Lannister: con Cersei, no hay punto medio: o la amas o la odias. Puede que sus acciones te parezcan deplorables, pero sabes que todo lo que hace, lo hace por amor a su familia, decisión que en más de una ocasión la ha llevado a afirmar que “cuantas más personas amas, más débil eres”. Cersei lucha por no ser doblegada, por no parecer débil en un mundo dominado por los hombres. Pero también lo hace por no perder a los suyos, por defenderlos. ¿Quién podría culparla de sus acciones? Desde luego, ha logrado su propósito: ser la primera mujer en sentarse en el Trono de Hierro.

4. Arya Stark: puede que alguien que no haya visto nunca la serie, no tome en cuenta a este personaje por ser solo una adolescente. El problema es que Arya ha vivido ya mucho más que cualquier adolescente y tiene ansias de venganza… muchas ansias de venganza. La pequeña Arya ha demostrado la misma inteligencia que su madre y ella sola está dejando una importante estela de cadáveres tras de sí. Sin duda, Arya es uno de los personajes que más juego pueden darnos en las próximas temporadas.

¿Quién dijo que las mujeres no tienen un papel importante dentro de Juego de Tronos? Si algo caracteriza a los personajes de esta serie es su ambición, su estrategia y su inteligencia. Y estas tres características están tan (o más) presentes en hombres como en mujeres.

Pilar Benítez, mujer todoterreno

Traductora jurada y amante del poder de la palabra