VOLVER

Volver, con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien… que dice la canción, que decía Carlos Gardel.

Como cada año, como cada septiembre, regresamos al trabajo y al hogar después de unas vacaciones y nos enfrentamos a nuestros miedos, a nuestras limitaciones, a ese “Yo” del pasado que dejó tantas cosas pendientes antes de irse a la playa y que ahora nos cae realmente fatal.

Hay que poner miles de lavadoras, revisar el bajo de babis y uniformes porque estos niños no paran de crecer. En el espejo nos mira desafiante esa lorza conseguida a base de paellas en el chiringuito seguidas de su correspondiente siesta. Regresamos a la oficina y nos espera una pila de emails que hay que contestar, proyectos que esperan nuestro OK para salir adelante… Y hay que hacer la compra, recoger los libros del cole, cuadrar agendas para reencontrarse con los amigos, arreglar los armarios… ¡Es que dan ganas de volverse!

Y sin embargo hay gente como yo que se pasea por septiembre con una sonrisa, encantada de reincorporarse a la rutina, sin estresarse ni asemejarse a un miembro de relleno de Walking Dead. Porque, y sé que aquí me van a salir numerosos haters, a mí personalmente me ENCANTA septiembre, y “la vuelta al cole” me ha parecido siempre una de las mejores épocas del año. Por eso, en este post voy a hablar de mi manera de vivir la vuelta a la rutina de forma apasionante y saludable.

1. Finales felices suponen buenos comienzos: en este punto soy tremendamente estricta. Antes de marcharme de vacaciones dejo cerrados todos los asuntos cuya toma de decisiones depende de mí, y solo dejo abiertos aquellos que inevitablemente no puedo solucionar porque dependo de personas que ya se marcharon de vacaciones. De esta forma, a mi regreso tengo muchos menos temas pendientes. Para ponerme al día tras mi regreso, siempre elaboro un memorando en el que recojo brevemente “quién”, “qué”, “cuándo”, “dónde”; de esta forma, al volver refresco la memoria de todo lo que me dejé pendiente, de forma fácil y rápida.

2. La tecnología es mi amiga: es agosto, estás trabajando, pero no puedes adelantar mucho porque da la impresión de que todos están de vacaciones. Enviarías muchos emails ahora que tienes tiempo, pero te da miedo que si lo haces, caerán en el olvido de la Bandeja de Entrada de tu destinatario, sepultados por la avalancha de las vacaciones. Te suena, ¿verdad? Yo aprovecho estos días de poco trabajo para escribir emails y propuestas, que programo en Outlook para que sean enviados en septiembre. ¡Pero yo ya me he quitado el trabajo de encima! Los recordatorios del móvil y los CRMs también son perfectos para quitarnos asuntos de la cabeza.

3. Vuelve antes de volver: aunque es tentador, yo siempre programo mis vacaciones sin apurar hasta el último segundo de agosto. Siempre regreso varios días antes, para aprovechar los días “slow” ocupándome de la intendencia doméstica, colegios, citas para el médico, etc. A finales de agosto las mañanas cunden muchísimo, porque aún no hemos regresado todos, así que se pueden hacer muchas más gestiones en menos tiempo. De esa forma, el 1 de septiembre puedo volcarme en el trabajo sin que me preocupen otras cuestiones.

4. Hecha un zarrio: el pelo verde requemao, el michelín, esa mancha del sol en la frente y los horarios completamente perdidos, eso es lo que nos encontramos al volver a casa. Pero con muy poquito por nuestra parte podemos minimizar las consecuencias del veraneo. Yo aprovecho el buen tiempo para hacer deporte al aire libre incluso en el lugar de vacaciones. Me he aficionado al running y siempre soy fiel a mi ratito de deporte, pero hay muchas otras opciones: yoga en la playa, aquagym, salir a pasear por el monte… Lo importante es moverse cada día un poquito. Un BUEN filtro solar y un sombrero harán maravillas en nuestra piel y en nuestro pelo. Y yo, que soy de buen comer, no renuncio a nada, pero con mesura. Helados y copazos sí… pero no todos los días.

5. Queridos Reyes Magos: septiembre es el inicio del nuevo curso y para muchos el inicio del nuevo año. Permítete soñar y llenarte de ilusiones. Escribe YA la carta a los Reyes Magos y piensa qué quieres para ti. Y una vez que lo tengas claro… ¡a por todas! Tenemos un mes por delante nuevecito y a estrenar. ¡Vamos a aprovecharlo!

Bienvenidos a todos, feliz septiembre y feliz regreso a la rutina.

Pilar Benítez, mujer todoterreno

Traductora jurada y amante del poder de la palabra

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