A raíz de la crisis sanitaria del coronavirus muchos profesionales y empleados confinados no han tenido otra opción de desarrollar su trabajo desde casa. El teletrabajo se han implementado de manera “forzosa” en muchas empresas. Algo que hace años era una asignatura pendiente hoy se ha activado de forma masiva en la mayoría de negocios de España. Si el teletrabajo ha venido para quedarse o tiene fecha de caducidad, es algo que todavía nos queda por ver.
Desde el pasado día 14 de marzo, día en el que se declaró el Estado de Alarma, la población española quedó confinada en sus casas, y en la desescalada muchos de los cambios adquiridos se siguen manteniendo en esta llamada “nueva normalidad”, que dicho sea de paso, aún no sabemos muy bien cómo será. La crisis del coronavirus ha provocado que muchos trabajadores hayan tenido que transformar su entorno laboral y la forma de relacionarse con sus jefes y compañeros de forma radical: llegó por fin el teletrabajo.
El teletrabajo puede ser considerado (siempre habrá casos que digan lo contrario), como una de las consecuencias positivas de las crisis mundial producida por la COVID-19. Un modelo del que hacía mucho tiempo se hablaba pero que apenas llegaba a ponerse en práctica, en lo que a España se refiere. De hecho, en fechas previas al confinamiento los datos de teletrabajo apenas eran significativos:
Tan solo el 8,3% de la población activa trabaja de forma ocasional en su residencia, según Banco de España
Esto supone aproximadamente 1,4 millones de personas, a pesar de que el 30,6% de los ocupados cuentan con los medios para hacerlo.
¿Estamos preparados para teletrabajar?
Una de las grandes debilidades que se ha visto a raíz del teletrabajo forzado es que muchas de las empresas españolas no estaban preparadas para el teletrabajo.
Se han encontrado dos grande hándicaps en este sentido, por un lado, gran parte de los trabajadores no contaban con el espacio o los medios necesarios para poder trabajar en sus casas de forma óptima. Poner un pequeño portátil en la mesa del salón mientras tus hijos hacen los deberes a tu lado, no es la mejor forma de trabajar.
Por otro lado, un número muy elevado de las empresas no contaban con las herramientas y procedimientos para poder trabajar entornos digitales de forma eficaz y segura, y sobre todo, carecen de una cultura organizativa en este sentido.
Teletrabajar no debe ser solo trabajar desde casa con un ordenador, hacer videoconferencias y utilizar un teléfono.
El verdadero teletrabajo pasa por crear un entorno colaborativo y ágil en los procedimientos de trabajo y con el resto de tu equipo, y aquí… no estamos muy avanzados.
¿El teletrabajo ha venido para quedarse?
Si a mediados de marzo, días antes de decretar el Estado de Alarma, el Gobierno de Pedro Sánchez recomendó a las empresas a las que les fuera posible, que comenzaran con el teletrabajo de sus empleados, podría llegar a su fin a principios de junio. Aunque no pueden medirse con exactitud los plazos de la desescalada, sí que se prevé que será en la fase 3 cuando se puedan aplicar «protocolos de reincorporación presencial a las empresas para la actividad laboral«, ahora bien, de acuerdo con el Gobierno Central será con dos condiciones:
- La incorporación al trabajo presencial se hará siempre y cuando se condicione al uso de EPIs y/u otras medidas de seguridad.
- La reincorporación se hará «de manera escalonada y con garantías de conciliación», ya que los niños y niñas no volverán al colegio hasta septiembre.
Si bien es cierto que se prevé que el distanciamiento social se alargue por el momento, las empresas españolas deben cambiar su cultura para aplicar un verdadero teletrabajo y salir de la mentalidad del “presencialismo”. En nuestro país existe una desconfianza de la empresa hacia el trabajador, se tiende a pensar que si el empresario no está para vigilar al empleado este no va a cumplir con su trabajo.
Lo que hoy no sabemos es si el teletrabajo que hemos vivido tendrá o no fecha de caducidad, aunque lo más seguro, es que después de lo vivido, el mundo laboral nunca volverá a ser el mismo. Ahora bien, todavía nos queda mucho por mejorar…
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