Tras la crisis de la COVID-19, ahora más que nunca es momento de repensar en los métodos obsoletos y darle una vuelta a la manera de colaborar profesionalmente, más aún cuando hablamos de mujeres. Somos uno de los colectivos más vulnerables, especialmente tras la situación de pandemia que hemos vivido. ¿Cómo podemos apoyarnos entre nosotras tras la crisis?
No más críticas: sororidad
Por ponernos en situación, históricamente las mujeres han sido “el sexo débil”, peor pagadas, peor valoradas, trato desigual. No, no voy a hablar de patriarcado, ni de estereotipos, ni de teoría feminista, pero hagamos una reflexión entre todas: ¿nos apoyamos entre nosotras?
Independientemente de la situación que viva cada mujer y de los pasos que social, política y económicamente estemos dando para llegar a la deseada igualdad de género, lo cierto es que, muchas veces, entre mujeres, tendemos a ser más críticas e incluso crueles con compañeras de nuestro género y condición de lo que lo son los hombres.
Esa frase de: “la más machista es tu madre”. Esa forma de compararnos entre nosotras, de juzgar: “Si lo ha conseguido, vete a saber cómo lo habrá hecho”, “esa mujer se viste como una puta”, “seguro que se ha operado”…. Da igual lo que hagamos, luchemos y consigamos si entre nosotras seguimos siendo el objeto de nuestras propias críticas.
Fruto de esta reflexión quiero hacer hincapié en este precioso término: sororidad.
Como punto anecdótico, os diré que el término fue aceptado por la RAE en el 2018. Sus dos años de aceptación en la Real Academia Española ya dicen mucho de la novedad de lo que significa.
Sororidad se define como la “relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento”.
¡Qué maravilla! Practiquemos la sororidad entre nosotras y dejemos de criticarnos.
Cómo apoyarnos profesionalmente
Nosotras, las invisibles, las que hemos sufrido la crisis de la COVID-19 en primera persona. Las enfermeras, las cuidadoras, las emprendedoras, las que concilian a duras penas la educación de sus hijos con su teletrabajo, las que se han ido al paro… todas formamos parte de un mismo problema: la desigualdad.
El mundo profesional sigue siendo un mundo predominantemente liderado por hombres. Es por eso que ahora más que nunca es necesario que las mujeres nos unamos para tener más poder o mejor aún, para empoderarnos. ¿Cómo tejer esas redes de apoyo?
Ahora más que nunca, tras los duros meses de confinamiento, ha quedado de manifiesto que el cambio y la transformación social son posibles y necesarios. Quién más quién menos se ha replanteado su vida, su futuro profesional y la forma en la que quiere existir. ¡Sigamos ese camino! Vamos a apoyarnos:
1. Habla bien de las mujeres en público
Una forma incuestionable de ayudar a otras mujeres profesionalmente, no es ya no hablar mal de ellas, no criticar o no juzgar en público, si no hacer todo lo contrario: transformar lo negativo en positivo. Estamos tan poco acostumbradas a hablar de nuestros éxitos y reconocerlos, que hacerlo públicamente entre nosotras es justo el impulso que necesitamos.
Da igual el medio, puedes hacerlo en una reunión, por mail, video-llamada, en la cafetería… lo importante es reconocer públicamente y frente a todos los demás el buen hacer y la profesionalidad de otras mujeres.
2. Agradece
No estamos acostumbradas a agradecer, y sin embargo, “es de bien nacido ser agradecido”. Una buena forma de evitar que nos infravaloremos profesionalmente es sentir que nuestro esfuerzo y trabajo son reconocidos. Da las gracias tanto como puedas a otras mujeres, en público y en privado.
3. Escucha y no interrumpas
Las conversaciones reales son un regalo y una forma de apoyarnos profesionalmente. Pero para que una conversación funcione es necesario escuchar y no interrumpir. Todas necesitamos expresar nuestras necesidades, decir cómo nos sentimos y sentir que tenemos confianza y sintonía con las demás.
4. Cree en tus compañeras
¿Se te ocurre mejor forma de empoderarnos que creer en nosotras? Si alguna mujer te muestra miedos o bloqueos profesionalmente, anímala a salir de su zona de confort, demuestra que crees en ella y que es perfectamente capaz de hacer todo lo que se proponga.
5. Teje redes
Si una mujer muestra una necesidad profesionalmente, busca clientes para su negocio, necesita cambiar de proveedor, le hace falta un buen contacto… ¿por qué no convertirte en el punto de conexión que necesita? Seguro que sabes de alguna oportunidad que ella desconoce: teje la red de colaboración profesional que querrías tener.
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