Sobre el papel de las mujeres en la crisis de la COVID-19 puede decirse mucho. Está claro que los roles profesionales que ocupan en su mayoría mujeres han cobrado un papel fundamental para hacer frente a la situación, pero además de esto, hoy analizaremos el papel de mujeres que se dedican a la política y cómo han actuado frente a la crisis sanitaria. ¿Están las mujeres mejor dotadas para resolver la crisis de la COVID-19?
La mujeres ocupan desde hace mucho tiempo roles profesionales que tienen que ver con los cuidados, la educación, la limpieza o la sanidad, por poner algunos ejemplos. A raíz de la crisis sanitaria internacional producida por la COVID-19 ha quedado más claro que nunca la importancia que tienen estos sectores para la seguridad y el mantenimiento de la sociedad en unos estándares de calidad de vida. De este modo, es incuestionable cómo limpiadoras, profesoras o enfermeras han llevado a cabo un papel imprescindible para hacer frente al coronavirus. Sin el trabajo, la profesionalidad y el esfuerzo de muchas mujeres difícilmente podríamos estar saliendo de esta situación. Ahora bien, existen otras mujeres que han sido decisivas en la forma de hacer frente a la COVID-19, hablamos de las mujeres que se dedican a la política, un sector que históricamente ha sido masculino y en el que poco a poco se incluye a las mujeres. ¿Hay diferencias en la forma en la que hombres y mujeres actúan desde el ámbito político frente a la crisis del coronavirus? ¿Están las mujeres mejor dotadas para resolver la crisis de la COVID-19?
Varios especialistas han publicado recientemente análisis en la diferencia de gestión de la crisis del coronavirus en el mundo. Lo llamativo es que existen diferencias entre aquellos países que son liderados por mujeres y los países que son liderados por hombres.
¿Tienen las mujeres más habilidades para hacer frente a la crisis?
Aunque no tenemos la repuesta definitiva, la pregunta en sí misma es interesante. Existen algunos ejemplos de países liderados por mujeres que muestran una respuesta bastante exitosa frente a la crisis del coronavirus. Si bien sería sesgado no tener en cuenta otros factores socioeconómicos y demográficos del país analizado, es interesante cómo muchos de estos países tienen en común el hecho de que es una mujer quien los dirige.
Mujeres líderes frente a la COVID-19
En Alemania, la canciller y, dicho sea de paso, científica de formación, Angela Merkel ha evitado el confinamiento total y el colapso de los hospitales y ha ordenado la realización de dos millones de pruebas diagnósticas para detectar el virus de manera efectiva.
Otro caso reseñable es el de la primera ministra Jacinda Ardern en Nueva Zelanda, que ha informado de que, hasta la fecha, solo se han producido 19 muertes por la enfermedad en su país.
En la isla de Taiwan, presidida por Tsai Ing-wen, solo se han registrado seis víctimas mortales y se han puesto en marcha más de 120 medidas sin llegar a restricciones absolutas.
La revista estadounidense Forbes ha analizado varios países dirigidos por mujeres (Islandia, Taiwan, Alemania, Nueva Zelanda, Noruega, Dinamarca y Finlandia), y ha llegado a la conclusión de que sus dirigentes han gestionado la crisis con empatía, prudencia y precaución, lejos de los rasgos de autoritarismo que hemos presenciado en otras partes del mundo.
La diferencia frente al liderazgo masculino
Múltiples estudios psicológicos e investigaciones señalan que, en cuestiones de comportamiento, los hombres suelen mostrar más confianza en sí mismos. Aunque esto puede verse como una virtud, el problema viene cuando lo que se tiene en realidad es un exceso de confianza.
Entendemos por sobreconfianza una seguridad excesiva en sus juicios, sin tener en cuenta la exactitud de éstos, lo que les impide prepararse adecuadamente y conduce a situaciones peligrosas.
En muchos casos, ejercer el liderazgo desde este punto de vista induce a que la persona no sea capaz de admitir sus errores, revisar su razonamiento o actualizar la información para cambiar el punto de vista. El resultado en cuestiones de liderazgo puede ser nefasto en una situación de crisis sanitaria tan terrible como a la que nos estamos enfrentando.
De acuerdo con un reciente artículo de The Guardian:
“Muchos países con hombres al frente también lo están haciendo bien, pero pocos países con mujeres líderes lo han hecho mal”.
Aunque sin duda es pronto para afirmar que las mujeres estén mejor dotadas para hacer frente a la crisis de la COVID-19, es cierto que el planteamiento es interesante. Ahora bien, no olvidemos que existen muchos otros indicadores que debemos tener en cuenta y que tienen que ver con el éxito frente a la crisis, como puede ser el estado de la sanidad, la situación geográfica del país, su demografía… En cualquier caso, es pronto para sacar conclusiones, todavía tenemos que ver cómo los líderes, mujeres y hombres, actúan frente a las secuelas de la pandemia, como el impacto que esta tiene sobre la economía y el bienestar social. Más adelante podremos ver más claro quiénes han hecho mejor su trabajo.
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