Seguro que alguna vez has escuchado hablar del llamado sexto sentido. El sexto sentido es, para muchos, un sentido real basado en cierto modo en intuiciones. Aunque es difícil saberlo, ¿es posible que exista un sexto sentido?
¿Existe un sexto sentido?
Hay muchas personas que creen firmemente en la existencia de un sexto sentido, aunque es cierto que entre las mismas no existe un consenso claro de en qué consiste este sentido ni tampoco se cuenta con una base científica lo suficientemente fuerte que pruebe su existencia. Ahora bien, hay algunos puntos que podemos aclarar:
¿Qué puede ser el sexto sentido?
Estrictamente hablando, el sexto sentido es la capacidad que tienen algunas personas para ver o sentir algo que los demás no sienten en ese momento. Más allá de los cinco sentidos que tienen la mayoría de las personas, mantiene la idea de que existe un sexto que, aunque quizás todos poseemos, no todos desarrollamos con la misma fuerza.
En resumen: el sexto sentido es la capacidad natural del ser humano para intuir. Podríamos decir que es esa “vocecita interior” que, sin tener un motivo claro, nos lanza una corazonada sobre algo que está pasando o incluso pasará, que no todo el mundo percibe y que se basa de forma clara en una emoción, no en lo que la razón dice.
Razón y sentimientos no deben estar reñidos
El dotar al sexto sentido de cierta sensibilidad nos lleva a pensar de forma errónea que es en las personas más empáticas y sensitivas donde más se desarrolla. Incluso es un sentido que históricamente se ha atribuido a las mujeres más que a los hombres (no nos quitamos ese “San Benito” de la feminidad como sensible frente al raciocinio de lo masculino).
Un ejemplo claro de que las personas donde predomina el pensamiento racional pueden tener al mismo tiempo este sexto sentido estaría en Albert Einstein. Cuando un periodista, en el año 1930, le preguntó sobre si creía verdaderamente en su teoría de la relatividad, Einstein respondió: “La única cosa realmente valiosa es la intuición”.
Y es que puede ser que sencillamente, hay veces en las que no necesitamos una demostración, una biblioteca o un experimento para saber si la decisión que estamos tomando es la acertada o no. Nos lo dice nuestro corazón, nuestra intuición. Nadie necesita demostrar científicamente que está enamorado: lo sabe.
¿Dónde reside el sexto sentido?
Desmotemos los mitos: la intuición no es cosa del corazón, es cosa del cerebro. Aunque la ciencia aún no ha dado grandes pasos en lo que respecta a probar la existencia de un sexto sentido, sí existe una aclaración lógica sobre qué es, por qué existe e incluso dónde reside.
Sabemos que el cerebro funciona en base a datos y a informaciones que conecta entre sí. Sin embargo, nuestro cerebro no lo sabe todo, no dispone de todos los datos, y muchas veces, está obligado a improvisar. De hecho (por qué negarlo), nuestro cerebro está improvisando prácticamente todo el tiempo.
La forma que tiene nuestro cerebro de tomar decisiones, cuando no dispone de información, es en base a experiencias que ha vivido, a todo lo que hemos visto, sentido e interpretado para, así, gestar una intuición.
De este modo, el conocido como sexto sentido no es más que un sistema de supervivencia que tiene nuestro cerebro. Cuando algo no va bien o cuando necesitamos reaccionar de un modo rápido y efectivo, se activa este fascinante circuito interior ¡et voilà! ¡Ahí está la respuesta que buscamos!
Más concretamente, según los científicos, en la corteza cingulada anterior del cerebro, una región situada estratégicamente entre los dos hemisferios, dispuesta a conectar nuestra mente consciente con la inconsciente.
Una última aclaración, por si quedaban dudas: el sexto sentido no tiene nada que ver con la capacidad de percibir actividades paranormales o fantasmas. ¡Eso es de una película!
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Pilar Benítez, mujer todoterreno
Traductora jurada y amante del poder de la palabra
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