Algunas señales que indican desigualdad de género en el ámbito laboral

Hay quien piensa que la mujer ha avanzado mucho en lo que se refiere a igualdad en el ámbito laboral. Sí, es cierto que en España hace apenas unas décadas podía ser cuestionable que una mujer entrara en el mercado laboral, pero eso no quiere decir que todo esté hecho. Existen señales que indican que hay una clara desigualdad de género en el ámbito laboral y que, por supuesto, aún queda mucho por hacer.

Algunas señales que indican desigualdad de género en el ámbito laboral

El tema de la desigualdad por cuestiones de género en el ámbito laboral es un tema delicado, pero del que tenemos que hablar, hombres y mujeres, por cuestiones morales. Que existe una desigualdad en el trabajo por el mero hecho de ser hombre o mujer es una realidad, no solo a nivel mundial o en algún lejano país de cuyo nombre no me acuerdo… es una realidad aquí, en España, aquí, en nuestro día a día: la desigualdad de género está presente todo el tiempo que en el ámbito laboral. ¿Cómo podemos detectarla?

Desde una perspectiva de género, la cotidianeidad está llena de micromachismos, o dicho de otra manera, de formas y maniobras silenciosas y sutiles, apenas perceptibles, en las que se ejerce violencia (sea física o no) contra la mujeres por el mero hecho de ser mujeres. Sin embargo, está situación de desigualdad o de, –llamémoslo por su nombre-, inferioridad, de las mujeres ante los hombres, en lo que se refiere al ámbito laboral no siempre se manifiesta de forma sutil, y no hace falta tener los ojos muy abiertos para percibirla: la desigualdad laboral en el género es sistémica y se muestra muy claramente en nuestro día a día. ¿Cuáles son sus señales?

1.    Falta de conciliación laboral

La falta de conciliación entre la vida personal y la vida profesional es uno de los grandes problemas frente a la desigualdad de género. El peso de las actividades domésticas y el cuidado familiar, por no hablar de la maternidad, sigue recayendo de forma desproporcionada sobre las mujeres. Según los datos, 8 de cada 10 mujeres aseguran que tienen problemas para conciliar. Como consecuencia de esta falta de conciliación, se potencian las desigualdades en el trabajo:

  • Las mujeres trabajan más a tiempo parcial que los hombres.
  • Las mujeres dedican más horas de su vida al trabajo que los hombres, sin embargo son horas de trabajo no pagado (trabajo en el hogar).
  • Las mujeres tienen más parones laborales o brechas en su actividad a raíz de la maternidad. Según datos del INE, un 38,2% de las mujeres ocupadas deja su puesto con el nacimiento de su descendencia, mientras que esta acción solo la llevan a cabo el 7,4% de los hombres. Sin duda, la diferencia es significativa.

Esta cadena de desigualdad respecto a la conciliación con la vida familiar, en la que el peso de los cuidados y el hogar aún sigue siendo en gran parte de las mujeres, hace que se produzca una mayor tasa de paro o desempleo entre las mujeres, así como una media salarial inferior frente a los hombres.

2.    Ocupaciones relacionadas con los roles de género

En palabras de Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, «las mujeres se concentran en aquellas ocupaciones que tienen relación con los roles y estereotipos que tradicionalmente se les han atribuido».

De acuerdo con los datos de Instituto Nacional de Estadística (INE), las actividades profesionales con más mujeres son aquellas que tienen que ver con los cuidados, como la sanidad, la limpieza o la enseñanza, y con el comercio y la atención al público. Como contrapunto, existen actividades en las que apenas hay un 1% de mujeres; son aquellas que tienen que ver con sectores relacionados con la construcción y la industria.

3.    El “techo de cristal”

Los puestos de mayor responsabilidad son ocupados por hombres mientras que las mujeres aún ocupan en su mayoría puestos de bajo nivel o nivel intermedio. Según los datos de INE, los hombres ocupan el 75% de los cargos directivos de empresas grandes y medianas y el 68% en las pequeñas, sin diferenciar en sectores. Mientras, las mujeres de todos los puestos laborales, solo son mayoría en la escala más baja: la de empleada con jefes y sin subordinados.

Sí: la desigualdad en el ámbito laboral por el mero hecho de ser mujer es clara, los datos no dejan lugar a dudas. Todavía tenemos mucho por hacer y, con sinceridad, creo que el primer paso está en visibilizar el problema y hacerlo de todos, para que todos avancemos juntos hacia el cambio.

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Pilar Benítez, mujer todoterreno

Traductora jurada y amante del poder de la palabra